Durante mi viaje visité varios lugares emblemáticos de la región:
Paisaje natural y acogedor, donde además me alojé en una casa típica.
Accesible mediante funicular a trabes de la montaña, Bulnes ofrece vistas espectaculares y un encantador pueblo con tan solo 34 habitantes.
Conocida por su puente romano y otros detalles: ferias de quesos y miel y tradiciones en sus bailes, entre otros.
Un sitio sagrado con una cripta majestuosa, las tres cruces de Covadonga y la venerada imagen de la Virgen de Covadonga.
Al borde del mar Cantábrico, con los famosos Cubos de la Memoria, una obra del pintor vasco Agustín Ibarrola.
Un parque nacional impresionante, con los lagos Enol y Ercina, su fauna y vestigios mineros.
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